1147: Año de la conquista de Lisboa a los moros

Texto original escrito en portugués por Nuno Cardal, fotógrafo profesional e historiador, para sieteLisboas. Nuno Cardal fue guionista en el programa de Historia de la RTP “A alma e a gente” y, entre otros libros de fotografías, ha publicado Lisboa Iluminada y Lisboa Panoramas (Ed. Quimera). Actualmente, vive en Caminha (Portugal) donde prepara un libro sobre la región portuguesa de Minho y la española de Galicia.

El primer rey de Portugal, D. Afonso Henriques, se marcó como principal objetivo la conquista y el mantenimiento de lo que es el actual territorio portugués. Para ello, desde el río Miño inició sus propias “guerras santas”, embebidas de un espíritu de Cruzada contra las huestes “infieles”, que después dirigiría hacia el Sur. Lisboa era, por tanto, un baluarte importante, no solo por tratarse de una ciudad grande y rica, sino también por estar ubicada a orillas del Tajo.

La Lisboa mora se convertía así en una difícil, pero necesaria, empresa para la afirmación de D. Afonso Henriques como rey y como conquistador en nombre de la Fe cristiana. Como el monarca sabía del paso, a lo largo de la costa, de embarcaciones de cruzados procedentes del norte de Europa en dirección a Tierra Santa, comenzó a contactar con ellos con el fin de obtener su ayuda para esta también “guerra santa”, que sería conquistar Lisboa.

Así, en junio de 1147 entraba en el estuario del Tajo una armada de navíos con caballeros francos, ingleses, germánicos y flamencos quienes, junto con las tropas portuguesas, cercaron las murallas de la ciudad.

Si tomamos como referencia las actuales murallas del Castillo de São Jorge sabemos que al Sur fueron los barcos que se encontraban en el Tajo los que se encargaron de sitiar Lisboa, que en el Levante se montó un campamento flamenco y germánico en el monte de São Vicente (hoy Monasterio de São Vicente de Fora), que en el Norte los portugueses se establecieron en el Monte de Santana (más tarde conocido como Campo de Santana y ahora llamado Campo dos Mártires) y que al Oeste, en el Monte Fragoso (Chiado), acamparon los ingleses.

Imagen del castillo de São Jorge tomada desde el Elevador de Santa Justa, por el fotógrafo Diego Opazo y cedida a sieteLisboas.

Imagen del castillo de São Jorge tomada desde el Elevador de Santa Justa, por el fotógrafo Diego Opazo y cedida a sieteLisboas.

Después de las tradicionales negociaciones entre los aliados, ya fuera para diseñar estrategias militares y para establecer el reparto de lo espoliado tras la victoria, ya fuera entre las facciones adversarias para llegar a un acuerdo que evitase el esperado baño de sangre, se registraban las primeras escaramuzas en la zona de la actual Mouraria.

El asedio, que duró cerca de cinco largos meses, tuvo su epílogo el 25 de octubre de 1147 y en la victoria cristiana mucho tuvo que ver la vasta maquinaria militar utilizada, que incluía arietes, catapultas y torres de asalto, así como también se había recurrido a la construcción de minas por debajo de las murallas.

Imagen realizada por el fotógrafo Nuno Cardal, cedida a sieteLisboas.

Imagen realizada por el fotógrafo Nuno Cardal, cedida a sieteLisboas.

La entrada al perímetro amurallado de la Lisboa musulmana se dio en la zona del actual Arco Escuro, junto a la Rua dos Bacalhoeiros. De hecho, muchos de los edificios de esta área todavía conservan en su interior parte de las antiguas murallas. El saqueo total de la ciudad llegó después, como solía ocurrir en aquella época.

Lo destacable es que esta acabaría siendo la única gran victoria de la Segunda Cruzada a Tierra Santa, puesto que en Oriente Medio las “cosas” no fueron muy bien para las huestes de Cristo.

La Sé, la basílica dos Mártires de Chiado y la iglesia de São Vicente de Fora

Considero interesante hacer referencia a las tres iglesias de Lisboa que guardan relación con la conquista de la ciudad a los moros.

Comencemos por la (catedral), que fue construida sobre la mezquita musulmana, algo que sucedía entonces con frecuencia, como símbolo de superioridad y victoria sobre los derrotados. En la actualidad, en los claustros de la Sé se pueden ver excavaciones arqueológicas que demuestran exactamente este hecho.

La segunda iglesia que conviene señalar es la Basílica dos Mártires, que se halla en Chiado, y que fue mandada construir por D. Afonso Henriques tras la toma de Lisboa, en homenaje a todos aquellos que murieron en combate para conquistar la ciudad. El monumento actual no es el original, porque este quedó destruido por el terremoto de 1755. Sin embargo, la iglesia del siglo XVIII de estilo barroco, que puede visitarse hoy, todavía alberga el lugar donde fue bautizado el primer cristiano de Lisboa, tras la conquista.

Por último, resaltar la Igreja de São Vicente de Fora, levantada también por orden de D. Afonso Henriques quien, según consta, colocó personalmente la primera piedra en el área donde se encontraba uno de los campamentos de los cruzados. De este modo, el rey cumplía con su promesa de construir un templo en caso de conseguir la victoria cristiana. Y fue hasta allí donde el monarca mandó enviar las reliquias de São Vicente, que siempre fueran acompañadas por dos cuervos, como muestra el escudo de la ciudad de Lisboa; cuyo formato actual rinde homenaje a este santo y patrón de la ciudad.

En este caso, la iglesia actual tampoco es la original. La que se puede visitar en estos días fue construida por petición de D. Filipe I de Portugal (Felipe II de España), a finales del siglo XVI, durante la Unión Ibérica, y actualmente alberga dos panteones: el de los reyes de la dinastía de Bragança, la última que ha reinado en Portugal, y el de los cardenales de Lisboa.

FacebookTwitterGoogle+Pinterest

Etiquetas: , , , , , , , , , , , , , , , , , , , , , ,

Publicar un comentario

Tu dirección de correo electrónico no será publicada. Los campos necesarios están marcados *