Azulejos en el Parque de las Naciones
Texto original escrito en portugués por Inês Leitão de la Rede Temática em Estudos de Azulejaria e Cerâmica João Miguel dos Santos Simões de ARTIS – Instituto de História da Arte da Faculdade de Letras de la Universidad de Lisboa, para sieteLisboas.
La importancia del azulejo en el mundo contemporáneo se refleja, entre otros aspectos, en la presencia, y muchas veces incluso protagonismo, de este Arte en el contexto de los grandes eventos culturales de la ciudad de Lisboa, siendo obras de Arte Público que contribuyen a la restauración de determinadas áreas urbanas. Así ocurrió con Lisboa ’94 – Capital Europea de la Cultura o, más recientemente, con la Exposición Internacional de Lisboa – Expo ’98 que, bajo el tema Los oceános, un patrimonio para el futuro, tenía como objetivo (re)crear un nuevo vínculo entre el río Tajo y la comunidad lisboeta.
Con motivo de la Expo’98 se restauró un antiguo espacio industrial situado en la zona ribereña oriental de Lisboa, que corresponde al actual Parque das Nações (Parque de las Naciones), remodelando el espacio a través de proyectos multidisciplinarios elaborados por arquitectos, artistas plásticos y diseñadores. El azulejo fue uno de los materiales escogidos para protagonizar muchas de estas intervenciones, demostrando la importancia y la actualidad de este revestimiento arquitectónico, entendido en el contexto de su larga historia y como fenómeno diferenciador del Arte portugués, ahora revisado.
Si se acepta la invitación a atravesar el recinto del Parque de las Naciones, se pueden observar diferentes maneras de abordar la utilización del azulejo en espacios públicos, por parte de artistas nacionales y extranjeros.
El recorrido que aquí se propone se inicia en el Jardim da Água (Jardín del Agua), de Fernanda Fragateiro (en colaboración con el equipo de arquitectos RISCO). La intervención de la artista se materializa en dos muros revestidos de azulejos donde se observan sombras de algas que forman parte del Projecto das Sombras (Proyecto de las Sombras), de esta misma autora. La obra pretende aprovechar las calidades plásticas del material cerámico, creando un juego de reflejos a través de la luz y del agua.
Ilda David es otra participante que opta por el azulejo figurativo en su mural doble Navigatio Sancti Brendanni Abastis. Los paneles están compuestos por dibujos inspirados en un libro medieval, y cuentan de forma organizada los viajes por mar de São Brandão (San Brandon).
También el chileno Roberto Matta utilizó el azulejo figurativo en su panel surrealista Haveráguas, dibujado expresamente para la Expo’98.
Uno de los principales pabellones del evento, el Oceanário de Lisboa (Oceanográfico de Lisboa), fue revestido por azulejos de Ivan Chermayeff. Este artista de nacionalidad inglesa creó patrones de forma original mediante símbolos informáticos que a corta distancia apenas se perciben en su totalidad pero que, en la apreciación de los paneles desde lejos, se vuelve completamente diferente: los motivos de los patrones adoptan la forma de algas, caballitos de mar, peces, tortugas y tiburones, provocando un dinamismo curioso entre el revestimiento de azulejos y su observador.
El azulejo también está presente en el Pavilhão de Portugal (Pabellón de Portugal), proyectado por el arquitecto Álvaro Siza Vieira, quien escogió usar azulejos industriales monocromáticos para cubrir los laterales de mayor tamaño de las paredes enfrentadas que sostienen la gran lámina de hormigón, que caracteriza esta construcción.
Las intervenciones de este género no se ciñen únicamente al recinto del evento, sino que también se encuentran en el área circundante como se puede comprobar en los proyectos de dos viaductos distintos de Pedro Cabrita Reis y de Pedro Casqueiro. De estos trabajos, resulta curioso que ambos artistas recurrieran al azulejo industrial, aunque integrándolo de manera diferente. Mientras Cabrita Reis optó por jugar con el reflejo y la captación de la luz en el azulejo, Casqueiro aprovechó las características del lugar situado frente al revestimiento.
Junto a la intervención de Pedro Cabrita Reis se halla el Edifício Écran (Edificio Pantalla), que está revestido de un conjunto de azulejos industriales que representan una gran pantalla unificadora. Este proyecto cerámico, firmado por Jõao Martins, evoca la azulejería tradicional de fachada artística de los siglos XIX y XX.
Siguiendo por esta avenida, todavía se encuentran otras dos obras, en este caso en edificios de empresas. Una de las intervenciones, de Leonel Moura, está constituida por seis paneles de azulejos con figuras de sirenas. La otra, del islandés Errö, ofrece un animado cómic de azulejos.
El Parque de las Naciones es, por tanto, un ejemplo pertinente de cómo el azulejo continúa formando parte del gusto portugués, mientras llena la ciudad de una luz única y le otorga memoria. Además, más allá de estos aspectos, los proyectos concebidos para la Expo’98 son un reflejo de cómo el azulejo ha sido utilizado a lo largo de la época contemporánea: no sólo con la función de revestimiento, sino cobrando autonomía como manifestación artística integrada en las obras de Arte Público (en estrecha relación con la Arquitectura, que le sirve de soporte). El azulejo demuestra así ser un material que puede favorecer la vida del espacio público.