La Torre de Belém
Texto original escrito en portugués, cedido por el Centro Nacional de Cultura (CNC), traducido y adaptado para sieteLisboas.
Imagen de la ‘Torre de Belém’ tomada por el fotógrafo Nuno Cardal, cedida a sieteLisboas.
La Torre de São Vicente de Belém (Torre de Belém) está formada por dos cuerpos: el patio amurallado y la torre del homenaje. La torre del homenaje, de forma cuadrangular, se yergue en tres pisos y una azotea a los cuales se sube a través de una escalera de caracol. Originalmente, las tres salas de la torre albergaban la residencia del alcaide mayor, el comandante de la guarnición militar. El patio amurallado, que se proyecta frente a la torre del homenaje como la proa de una nave, tiene forma de hexágono irregular.
El acceso al conjunto de la torre se efectúa a través de un pórtico con arco de medio punto encima del cual se distinguen el escudo regio y las esferas armilares, símbolos emblemáticos del Arte Manuelino. La decoración escultórica de toda la torre también sigue las formas y los significados de este estilo artístico conjugados con aspectos del Renacimiento Italiano. Abundan los elementos naturalistas y heráldicos, los típicos cordones tallados y algunos detalles bastante originales, como un rinoceronte esculpido.
En el interior del patio se sitúan las casamatas, cubiertas por robustas bóvedas de crucería ojival, y con estrechas aberturas en los muros, para las piezas de artillería. En el centro existe un pequeño claustro y, debajo de las casamatas, se encontraban los polvorines que, en determinadas épocas, fueron utilizados como mazmorras.
En los ángulos del patio fortificado se yerguen seis elegantes garitas cubiertas por cúpulas en forma de gajos. Estas garitas se levantan desde soportes adornados con motivos naturalistas y es en una de ellas donde se encuentra la representación del rinoceronte citado anteriormente.
Imagen de la ‘Torre de Belém’ tomada por el fotógrafo Nuno Cardal, cedida a sieteLisboas.
Las partes exteriores de la torre presentan una decoración majestuosa. A la altura del primer piso, en la cara Sur, se abre un estrecho balcón con siete arcos y una balaustrada con enrejado. Justo encima, destaca un enorme escudo real, situado entre dos pequeñas ventanas y dos esferas armilares.
En las restantes paredes de la torre, al mismo nivel en el que se halla el balcón alargado de la cara Sur, se sitúan tres galerías con cruces de Cristo en las balaustradas. A la altura del último piso, una terraza almenada con escudos de la Orden de Cristo rodea la torre. Y en las esquinas de la cara Norte de la torre sobresalen dos garitas con las imágenes de San Miguel y San Vicente (patrón de Lisboa, al que se quiso rendir homenaje con esta construcción).
Desde la azotea de la torre se divisa una magnífica panorámica del río y de todo el área de Belém y sus monumentos.
Contextualización histórica:
El rey D. João II ya tenía pensado construir una torre defensiva para proteger la entrada al estuario del río Tajo, pero la voluntad del monarca no se realizó hasta el reinado de su sucesor D. Manuel I. Ampliando las iniciales e imprescindibles intenciones defensivas, D. Manuel I mandó edificar la Torre de Belém encuadrándola en un amplio programa monumental para toda la zona, en el que se incluían el Monasterio de los Jerónimos, la Ermita de San Jerónimo y otra serie de obras relacionadas con las actividades de las Grandes Navegações (Grandes Navegaciones), tales como instalaciones militares y almacenes.
Así, además de mostrar sus atributos militares de defensa y de vigilancia de la entrada del estuario, la Torre simbolizaba un carácter estético que, por la elegancia de su forma y su exuberante decoración, ha sido asociado a las efímeras construcciones levantadas para ceremonias reales y festejos públicos.
Realmente, la Torre de Belém es una obra pionera en la arquitectura militar de Portugal, siendo la primera en la que se utilizó un diseño de baluarte poligonal, en línea con los últimos avances militares de la época. Según el historiador Rafael Moreira, la estructura de la Torre se basa en el modelo descrito en el ‘Tratatto di Architecttura Civile e Militare’, publicado en 1492 por el italiano Giorgio Martini. De este modo, a despecho de su efusiva decoración, la Torre no sería un simple objeto estético más, sino que conjugaría la belleza con su efectiva función militar.
Las obras del Castelo de S. Vicente a par de Belém (Castillo de San Vicente al lado de Belén), como fue inicialmente designada la Torre, tuvieron lugar desde 1514 a 1520. Y en ellas destaca el trabajo realizado por Francisco de Arruda, miembro de una prestigiosa familia de arquitectos portugueses, y hermano de Diogo de Arruda, el autor de la famosa ventana del Convento de Cristo de la localidad de Tomar.
Imagen de la ‘Torre de Belém’ tomada por el fotógrafo Nuno Cardal, cedida a sieteLisboas.
Por otro lado, resulta relevante señalar que, cuando fue construida, se encontraba completamente rodeada de agua. El encenagamiento del río y otras obras posteriores le dieron el encuadre actual.
Durante el reinado ‘Filipino’,1 se pensó en destruir la Torre de Belém para sustituirla por una fortificación más grande. Y durante las invasiones francesas de comienzos del siglo XIX, se utilizó de manera inadecuada y fue bastante maltratada. Más tarde, en 1846, por orden de su último gobernador, el Duque da Terceira, se efectuaron obras de restauración y conservación del monumento.
El valor histórico y artístico de la Torre de Belém fue reconocido cuando la Unesco la clasificó como Patrimonio Mundial, en 1983.
1.- Nota: Periodo entre 1580 y 1640, en el que el rey de España era simultáneamente el rey de Portugal. Fue iniciado con Felipe II de España – Filipe I de Portugal, al que le sucedieron Felipe III de España – Filipe II de Portugal y Felipe IV de España – Filipe III de Portugal.
Datos de interés:
Dirección: Avenida Brasília
1400-038 LisboaPara obtener más información sobre cómo llegar, horarios, etcétera, pinchar aquí.
