La estatua de Simón Bolívar de la Avenida da Liberdade
Texto inédito escrito en portugués por Paulo Lima y Pedro de Matos, para sieteLisboas. Matos es investigador literario y Lima es escritor y autor de la novela Origem e Ruína.
Haya quien se dé un paseo por la Avenida da Liberdade de Lisboa y pueda no encontrar ya la gloria arquitectónica de los antiguos jardines del Paseo Público del siglo XIX, pero lo que es seguro es que disfrutará del placer de circular por la que todavía es considerada como una de las arterias urbanas más bellas de Europa.
Tres vías paralelas, de las cuales la central es la más ancha, se encuentran separadas por alamedas de árboles divididas en tramos de diferentes extensiones, según entran los cruces de otras calles. Esas zonas peatonales están marcadas por obras de arte y piezas de decoración. Entre ellas destacan las estatuas, como las de la escultura modernista de Rui Chafes, y los pedestales sobre los cuales se levantan representaciones de Almeida Garrett o de Alexandre Herculano.
Delante de la Rua das Pretas, en una de estas elevaciones, uno de los hombres de bronce examina minuciosamente el horizonte con una aparente seguridad inquebrantable. Apoyado en una espada y sujetando un documento en sus manos, transmite una energía triunfante, de porte noble e impecable; como si -en un salto en el tiempo de 200 años- estuviera siendo vestido por Michael Kors o por Maximo Dutti, tiendas que se encuentran justo al lado. Pero no. Este hombre, desde lo alto, contempla Restauradores, la plaza que dio origen al nombre de la Avenida de la Libertad, puesto que conmemora la restauración de la independencia de Portugal frente al dominio español, en 1640. Y es que, precisamente por ese tipo de libertad, la política, este hombre de bronce está situado allí. Se trata de una estatua que representa a Simón Bolívar, libertador de las Américas.
Regalada a Portugal por la comunidad portuguesa de Venezuela en 1978, es un monumento impresionante, de 5,5 metros de altura, y cuya existencia, sin embargo, pasa desapercibida para muchos de los caminantes de la Avenida. El estadista suramericano está representado con toda la imponencia, gallardía y aura heroica que rodea su memoria. El autor de la estatua fue el escultor venezolano Arturo Rus Aguilero, artista del siglo XX de inspiración neoclásica.
Junto al recuerdo de Bolívar se suelen celebrar distintas ceremonias y manifestaciones: las de carácter oficial, por iniciativa de la Câmara Municipal de Lisboa (Ayuntamiento de Lisboa) y de la Embajada de Venezuela, pero también se registran reuniones espontáneas de antiguos emigrantes o de luso-descendientes venezolanos. Lo cierto es que Simón Bolívar se ha convertido en un símbolo de liberación e intervención política. Su imagen para la posteridad continúa a ser homenajeada por miembros de las más diversas corrientes partidistas. El propio Portugal no ha sido indiferente al legado de Bolívar, pues éste fue uno de los primeros países en reconocer internacionalmente la independencia de los países suramericanos liberados por el general.
Merece la pena detenerse un momento en la vida de este singular personaje histórico, al que algunos historiadores le atribuyen tener sangre portuguesa. Bolívar nació en Caracas en el año 1783 y es considerado como una de las personalidades más influyentes de la historia militar y política de América del Sur. Conocido como El Libertador, en 1819 emancipó Bogotá y proclamó la República de la Gran Colombia, que englobaba los territorios de las actuales Venezuela, Colombia, Panamá y Ecuador, y de la que fue elegido presidente. Tras liberar también Perú y haber participado en la independencia de Bolivia, falleció en 1830, dejando huellas imborrables en el mapa de América Latina y del estatismo mundial.
El defendido origen portugués de Simón Bolívar se remonta al siglo XVI y a la Armada Española, en cuyas guarniciones se encontraban muchos portugueses. Como João Fernandes de Leão, quien obtuvo la ‘carta de naturaleza’ de la colonia venezolana y que ayudó a fundar la ciudad de Guanaré en 1591. Algunos años antes, este portugués se habría casado con la hija del conquistador António Barrios, y del matrimonio nacería una hija, ya en Guarané, que desposaría a un tal Simón Bolívar, antepasado del famoso libertador.
Al leer lo que viene escrito en una de las bases laterales de la estatua: La libertad es el único objetivo digno del sacrificio de la vida de los hombres nos preguntamos si, tal vez, ésta sea la gran relación que existe entre Bolívar y Portugal: la lucha por la Libertad… Al final, lo que interesa, es la sangre que corre por las mismas venas espirituales…
Datos de interés:
Nota editorial: Este artículo, recibido ya hace algún tiempo, se ha decidido publicar finalmente a 1 de diciembre de 2015, día de la independencia de Portugal frente a la España de ‘los Felipes’ con la mejor intención de dar a conocer una pequeña parte de la Historia de América Latina, de Portugal y de España que no aleje a los pueblos, sino que sirva para enterrar viejas rivalidades y fomentar el entendimiento dentro y fuera de las fronteras.
Hasta hace apenas un par de años, el 1 de diciembre era fiesta nacional en Portugal. No obstante, de no caer domingo, el domingo anterior al 1 de diciembre se sigue celebrando un desfile de bandas de música para conmemorar esta fecha histórica para los portugueses.