Ler Devagar, mucho más que una librería mágica convertida en realidad

“O tempo é a vida, não o desperdice mas não seja seu escravo.”
(“El tiempo es la vida, no lo desperdicie pero no sea su esclavo.”)
Pietro Proserpio

Fue así como comenzó la divertida y mágica aventura en Ler Devagar (Leer Despacio, en su traducción más literal). El gestor y cofundador de esta innovadora librería lisboeta, José Pinho, había tenido que salir. La tarde anterior me había contestado enseguida a una cita pedida de un día para otro, pero al preguntarle -en un nuevo correo electrónico- a qué hora se refería al decir que me podía atender por la tarde, me quedé sin más respuestas.

Igualmente agradecida, decidí llegar hacia las 16:30. Ler Devagar cerraba a medianoche. Era suficiente, lo encontraría. Sofia, una de los amables dependientes de este lugar, me confirmó que no tardaría en regresar y, para hacer tiempo, comencé a fotografiar el juego de luces que proyectaba el sol sobre el símbolo por el que ya se reconoce la librería [“(…) la musa de Pessoa cabalgando una bicicleta alada (…)”].1 Cámara en mano, me puse a hacer todo tipo de pruebas. No quería sacar los libros que había visto asomar por detrás del alma de Fernando Pessoa en otros reportajes. La quería a ella en todo su esplendor. Volando en el mundo nuevo en el que me adentraba. Pero por un rayo de sol extra no lo conseguí y acabé por desistir.

Fotografía tomada en 'Ler Devagar' por sieteLisboas.

Fotografía tomada en ‘Ler Devagar’ por sieteLisboas.

Además, las escaleras con las que seguir explorando el local me llamaban lentamente hacia Pietro. “¿English, Français?”, me preguntó. Era la segunda vez en menos de una hora en que me tomaban por francesa en ese barrio. “Española”, contesté. Y me empezó a hablar de sus obras en correcto castellano con tintes italianos: “Este es el soñador que va en busca de la Luna…”, señaló, y luego siguió contándome la historia de la segunda de sus obras que cuelga desde el techo de Ler Devagar hasta robarme una sonrisa al descubrir el final. Y así fue cómo aquel inventor, que muchos alguna vez quisimos ser, me cautivó con su exposición permanente de objetos cinemáticos ligados al tiempo, en una librería donde el tiempo no corre, vuela… Y no precisamente despacio…

Fotografía tomada en 'Ler Devagar' por sieteLisboas.

Fotografía tomada en ‘Ler Devagar’ por sieteLisboas.

Fotografía tomada en 'Ler Devagar' por sieteLisboas.

Fotografía tomada en ‘Ler Devagar’ por sieteLisboas.

Tras insistirle en querer conocer la explicación de cada uno de sus ingenios, di las gracias a Pietro por su talento, descendí un tramo de escaleras y me paré a mirar las tartas de la cafetería del primer piso. Después, superada la tentación de la gula, volví a bajar hacia la entrada donde se encontraba Sofia en la caja y Pinho tras el mostrador. Cuanto más me acercaba y le veía sacar su tarjeta de crédito, más dudaba de si aquel hombre era él. Incluso le había visto y escuchado en una entrevista online para preparar la mía pero, ¿qué hacía Pinho pagando? Y, ¿qué hacía Sofia dándole una bolsa amarilla y cobrándole como a un cliente más?

La respuesta era simple: “Yo también compro libros”, me aclaró tranquilamente Pinho al verme tan sorprendida.

Fotografía tomada en 'Ler Devagar' por sieteLisboas.

Fotografía tomada en ‘Ler Devagar’ por sieteLisboas.

Tal y como me explicó en la cafetería de la planta baja, Pinho es uno de los ya cerca de 150 propietarios de Ler Devagar. Todos son accionistas de una sociedad anónima, que funciona casi como una cooperativa. En las asambleas cada socio tiene derecho a un voto. Con independencia de las acciones que posea. Lo que comenzó siendo un local en el Barrio Alto, donde unos cuantos amigos podían reunirse a charlar, escuchar música o leer, 15 años más tarde ha acabado siendo una librería, una biblioteca donde ir a leer sin ser cobrado por ello, dos cafeterías en las que leer esos libros, un espacio cultural donde se celebran desde eventos literarios hasta conciertos y, como ya hemos adelantado, incluso un museo. Todo ello, en una antigua imprenta situada en el moderno Lx Factory del barrio de Alcântara.

Fotografía tomada en 'Lx Factory' por sieteLisboas.

Fotografía tomada en ‘Lx Factory’ por sieteLisboas.

Los socios invierten su capital en libros sin estrenar, que acumulan polvo en los almacenes de las editoriales hasta que un día llega Pinho y los rescata. “Y ¿cómo consigue tantos mecenas?”, le pregunto a Pinho más que intrigada. “Bueno, si invirtieran en acciones que cotizan en bolsa un día podrían perderlo casi todo. De este modo, actualmente cuentan con unos 40.000 ejemplares y todo el hierro que estás viendo”, me aclara sonriendo. Y yo también sonrío porque se refiere a la decoración y porque, como le digo, a mí me parece casi imposible convencer a tanta gente, incluso creyendo en el proyecto. Por lo que con cara de pillo, confiesa: “El truco está en ser pesado y tozudo”.

Pero los dos sabemos que no se trata sólo de eso. Su tesón -nombre bastante más benevolente que los adjetivos que se acaba de asignar a sí mismo- abarca mucho más. Ahora, por ejemplo, en Ler Devagar también se encuentran algunos libros de segunda mano y algunas novedades, que han ampliado la visión de negocio sin abandonar la idea original del proyecto, que todavía prevalece claramente sobre las otras.

Es más, Pinho lo tiene claro: “¡Ler Devagar es esto!”, exclama abriendo las manos a la vez que hace rodar sus ojos por la librería. Y es que “eso” es la diferencia, la presencia, la posibilidad de palpar los libros y sentir su entorno. “Eso” es único. Es un concepto que no pretende competir con los grandes vendedores de libros por internet. Este mismo año incluso han acabado con la tienda virtual, sólo siguen atendiendo por teléfono.

Ler Devagar también es Ouvir Devagar (Oír Despacio): una idea de Júlio Pereira basada en el rescate de música portuguesa en vez de libros, que pusieron en marcha hace dos años en este mismo local.2

Fotografía tomada en 'Ler Devagar' por sieteLisboas.

Fotografía tomada en ‘Ler Devagar’ por sieteLisboas.

Fotografía tomada en 'Ler Devagar' por sieteLisboas.

Fotografía tomada en ‘Ler Devagar’ por sieteLisboas.

Y es que, entre las ocurrencias de unos y otros, no paran de crear nuevos proyectos dentro y fuera de aquel lugar del barrio de Alcântara. Los socios también son los dueños de la librería erótica de la conocida Pensão Amor; de la Nouvelle librarie française; y han apoyado el ambicioso proyecto para transformar Óbidos -una pequeña villa situada en la costa portuguesa, a unos 75 kilómetros al norte de Lisboa- en una Vila Literária, gracias a la habilitación de espacios para implantar 11 librerías, de las cuales Ler Devagar cuenta con siete de las nueve existentes por ahora, y donde también están preparando la primera edición de un Festival Literario.

Y ¡eso no es todo! Pinho me avanza que tienen previsto abrir una biblioteca en el barrio de Intendente, con libros para leer allí, y que muy cerquita, en el Hospital do Desterro, van a poner en práctica la Biblioterapia.

¿Bibioterapia? -pregunto sin poder parar de reír, porque Pinho además de lector, innovador y gestor es también algo que no esperaba encontrar en él: un verdadero entertainer, que divierte y se divierte. A lo que me responde sonriendo de nuevo: “Sí, yo voy a ser el farmacéutico y Mia Couto -que acaba de irse, ¿lo has visto? Estaba con José Eduardo Agualusa- ya me ha dicho que él quiere ser el médico”.3

Me apasiona la originalidad del proyecto. Para cada enfermedad tipificada recetarán un libro. “¿Con la idea de mejorar su estado, claro?”, comento imaginando ya los resultados de los distintos tratamientos. “Y si no, desde luego, daño no les va a hacer”, me explica entre irónico y convencido.

Mientras Pinho me vuelve a arrancar una sonrisa, presumo que se acaba el final de este show de magia y diversión.

Fotografía tomada en 'Ler Devagar' por sieteLisboas.

Fotografía tomada en ‘Ler Devagar’ por sieteLisboas.

Pinho tenía cuatro cenas ese día y ya llegaba ajustado a la primera. “¡No le deseo suerte porque no la necesita!”, exclamo mientras le estrecho mi mano sincera. Él se marcha y yo me quedo pensativa. Y es que, casi parafraseando a Pietro y plagiando el refranero español, da gusto andar así por la vida: ofreciendo Cultura “sin prisas, pero sin pausa”.

Autora: Fátima Valcárcel
Fecha de publicación: 9 de octubre de 2014

1. Nota: Antes de que Pietro Proserpio le ofreciera a José Pinho crear una obra para Ler Devagar, la artista internacional portuguesa Joana de Vasconcelos instaló en el lugar una obra propia, pero la cesión duró nueve meses. Ahora, Ler Devagar se identifica con la obra de Pietro que cuelga del techo de la entrada. Lo que no mucha gente conoce es la explicación de la obra, que está escrita en una hoja pegada a la pared entre los miles de libros. “RECORDANDO PESSOA. Qual o lugar ideal, senão uma livraria para a alma do poeta repousar? Reencontrando a sua musa cabalgando uma bicicleta alada que o conduz por mares pela primeira vez por portuguesas naus desbravados. Pois NAVEGAR É PRECISO.Concepto: Pietro. Dibujo de la musa: Salomé. (Lisboa, junio de 2011.)
2. Nota: Además de música portuguesa, también hay música de otros países de lengua portuguesa y, en general, de los que consideran “países de proximidad”, como es España.
3. Nota: Mia Couto, mozambiqueño, y José Eduardo Agualusa, angoleño, son reputados escritores de la lengua portuguesa.

Datos de interés:

Dirección: Rua Rodrigues Faria, 103 – G 0.3
Lx Factory, Alcântara
1300-501 Lisboa

Horarios:
Lunes: Desde las 12:00 hasta las 21:00 horas.
De martes a jueves: Desde las 12:00 hasta las 24 horas.
Viernes y sábados: Desde las 12:00 hasta las 02:00 horas.
Domingos: Desde las 11:00 hasta las 21:00 horas.

Para obtener más información sobre Ler Devagar, pinchar aquí.

Para acceder a la página de Pietro Proserpio en Facebook, donde podrán preguntarle sobre sus horarios, etcétera, pinchar aquí.

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