La 84ª edición de la Feria del Libro de Lisboa invita a leer, a pasear y a reflexionar
Todas las Ferias del Libro tienen su encanto, para quienes nos gusta leer, agrandar nuestro pequeño mundo, pero la Feria del Libro de Lisboa además tiene color, tiene jardines, tiene vistas de la Avenida da Liberdade, del río Tajo, del Castillo de San Jorge…
Me dicen en el puesto de información de la Associação Portuguesa de Editores e Livreiros (APEL), organizadores de este evento, que cuenta con 113 participantes que representan a 450 editoriales, todas ellas portuguesas o con sede en Portugal. No tengo datos para comparar con las ferias del libro que he recorrido en otros lugares, pero la cifra no me deja indiferente. Nos encontramos en la capital de un país que no llega a los 11 millones de habitantes.
De hecho, no debe de ser casual que la Rua Garrett de Lisboa siga siendo una de las más conocidas de esta ciudad, ni que esta Feria del Libro cumpla su 84ª edición, ni que hace apenas dos semanas una amiga, que se encontraba de paso, me llamara la atención sobre lo chocante que le resultaba ver a los lisboetas leyendo en los parques. Una acción que yo ya había interiorizado.
En total, hay 252 stands, pero seis espacios destacados: uno de una de las instituciones más famosas de Portugal, la Santa Casa da Misericórdia; tres de las Azores (Os Açores); uno dedicado a Mozambique; y otro para las pequeñas editoriales. Coincidencia o no, algo me dice que este último espacio tampoco es casual. Que hay lugar para los que crean, innovan, nacen y compiten en inferioridad de condiciones. Al menos, en este sector. Sin por esto querer quitarles mérito a los que luchan por encontrar su lugar.
Cae la tarde y tras haber apuntado decenas de títulos y editoriales, me voy con la intención de volver, y me llevo conmigo un único libro que todavía no tenía en mi biblioteca: Os Lusíadas, el poema épico de Luís Vaz de Camões, escrito en 1572 y de inspiración clásica (en La Eneida de Virgilio, según apunta el Instituto Camões en su site). En importancia, este título de la lengua portuguesa podría considerarse el equivalente a El ingenioso hidalgo Don Quijote de la Mancha de Miguel de Cervantes Saavedra, de los hispanohablantes e hispanófilos.
Hasta ahora no me había atrevido a comprarlo por miedo a hallar demasiado difícil leer en portugués antiguo. Sin embargo hoy, en un puesto de la feria, un cartel señalaba unos cuantos libros que todos deberíamos leer y, para ayudarnos a llevar a cabo lo que sonaba a algo más que una recomendación, los ofrecía con un 50% de descuento. Sólo dos eran portugueses: Os Maias de Eça de Queiroz (que lo adquirí poco después de venir a vivir aquí) y Os Lusíadas. Y, si entre el resto de clásicos estaba En busca del tiempo perdido de Marcel Proust, que marcó mi vida, cómo no iba a decidirme a comprar ya Os Lusíadas en esta Lisboa, que también ha marcado ya mi vida…
Autora: Fátima Valcárcel
Fecha de publicación: 30 de mayo de 2014
Datos de interés:
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