Breve Historia del Azulejo en Portugal

Texto original escrito en portugués por el equipo de la Rede Temática em Estudos de Azulejaria e Cerâmica João Miguel dos Santos Simões de ARTIS – Instituto de História da Arte da Faculdade de Letras de la Universidad de Lisboa, para sieteLisboas.

Reflejo de la luz del atardecer en una fachada revestida de azulejos de Lisboa.

Reflejo de la luz del atardecer en una fachada revestida de azulejos de Lisboa.

El azulejo ha sido aplicado, a lo largo de los siglos, en una amplia área geográfica. En Portugal se ha usado sin interrupción desde finales del siglo XV pero, de una forma muy específica, en la Arquitectura y en las diferentes manifestaciones artísticas. La multiplicidad de técnicas y el elevado número de azulejos que todavía permanecen aplicados in situ, un poco por todo el país, son indicadores claros de la importancia de este patrimonio en Portugal. Y Lisboa no es una excepción, puesto que son muchos los lugares con revestimientos de azulejos que pueden ser visitados, y que reflejan tanto la Historia de la producción del azulejo en Portugal como también la de la aplicación de ejemplares importados.

Patrimonio cerámico común a varias culturas, el azulejo sirve de testimonio de influencias recíprocas. Realmente, las representaciones de los azulejos portugueses, en sus tres vertientes que coexisten o se alternan a lo largo de los años (figurativa, ornamental y padrón), manifiestan la influencia de los estilos europeos y de otras culturas como la árabe, visible en las primeras aplicaciones que se remontan a los siglos XV y XVI. Estos azulejos nos llegaron por la vía castellana, siendo importados desde los principales centros productores de la Península Ibérica: Sevilla, Valencia, Málaga y Toledo. Eran los llamados patrones hispano-moriscos, con motivos geométricos y de lacerías, y más tarde también con motivos vegetales.

La influencia europea y, en particular, la italiana y la del norte de Europa, se manifiesta en el siglo XVI, con la importación de azulejos ya con técnica mayólica, que sustituía así a las anteriores de cuerda seca y arista, permitiendo una pintura figurativa de gran calidad. Uno de los primeros ejemplares producidos en Lisboa se encuentra en la Igreja de São Roque (Iglesia de San Roque), en Lisboa, firmado por el pintor Francisco de Matos y fechado en 1584.

En el siglo XVII la azulejería de patrón fue la corriente predominante. Los interiores de las iglesias se cubrieron, en muchos casos íntegramente, con azulejos de padrones, cuyos dibujos, que podían ser repetidos hasta el infinito, presentaban esquemas de distintas dimensiones que se iban complicando hasta el mayor patrón conocido, ¡qué necesita 144 azulejos para formar el módulo base de repetición!1

En el último cuarto de ese mismo siglo, la figuración ya había regresado pero abandonando, progresivamente, la policromía y restringiéndose cada vez más al azul y blanco; y así se mantuvo hata mediados del siglo XVIII. Este cambio se debió, sin duda, a la influencia de la porcelana china, considerada un producto de gran calidad, y de la pintura holandesa que, a su vez, se vio influida por Portugal por los encargos de paneles figurativos de gran escala. El Convento dos Cardais o la Igreja da Madre de Deus son ejemplos importantes de obras de talleres holandeses aplicadas en Lisboa. Asimismo, el grabado, que circulaba por toda Europa dando paso a nuevas corrientes artísticas y en la que los pintores se inspiraron para crear sus propias composiciones, también podría haber tenido alguna influencia en este proceso de reducción cromática.

La calidad de la pintura, practicada por los maestros que eran también pintores de caballete y de techos, unido a la narrativa de los largos ciclos iconográfricos y de la articulación con la Arquitectura, ahora aún más refinada en la técnica de trompe l’oeil visibles en los encuadres, fueron factores que contribuyeron a la hora de destacar este período barroco, como uno de los más importantes de la historia de la azulejería portuguesa.

Durante mucho tiempo, el azulejo fue utilizado en el interior de los edificios y sólo puntualmente en el exterior. A mediados del siglo XIX “invadió” las ciudades, siendo aplicado en las fachadas de los edificios, en consonacia con el uso de otros elementos de cerámica como macetas, estatuas, etcétera. Las fachadas urbanas se transformaron, entonces, en largas paredes cerámicas. Las calles de Lisboa están repletas de ejemplos de esa época, que se prolongó hasta el siglo XX. Los catálogos de las fábricas inglesas y belgas, junto con motivos del modernismo (Arte Novo) de influencia belga, holandesa y alemana, tuvieron un gran peso en las industrias portuguesas, al servir de inspiración para la creación de sus propios catálogos.

Imagen de una fachada modernista situada en la avenida Almirante Reis, tomada por Francisco Queiroz, y cedida por la Rede Temática a sieteLisboas.

Imagen de una fachada modernista situada en la avenida Almirante Reis, tomada por Francisco Queiroz, y cedida por la Rede Temática a sieteLisboas.

Países como Brasil, influidos por Portugal, utilizaron el azulejo de la misma manera. Ahora bien, en el siglo XX, el modo de integración usado en la Arquitectura Moderna brasileña influyó, a su vez, en Portugal. A partir de este período se generó una nueva forma de colaboración entre artistas y arquitectos, que se refleja en diversas obras, que pueden ser observadas en la Avenida Infante Santo o en el metro de Lisboa, que actualmente todavía sigue sirviendo de escenario para diversas intervenciones artísticas en azulejo.

En 1971, João Miguel dos Santos Simões afirmaba: “¡En Portugal, el azulejo continúa vivo!”. Hoy, como hace más de 40 años, la vitalidad del Arte de la Cerámica permanece, como se puede comprobar fácilmente al visitar las nuevas áreas de expansión de la ciudad de Lisboa, especialmente el recinto del Parque das Nações (Parque de las Naciones).

Nota aclaratoria:
1.- Se trata del patrón Marvila, que se encuentra aplicado en la Igreja de Marvila, en Santarém.

Datos de interés:

En el site de la Rede Temática em Estudos de Azulejaria e Cerâmica João Miguel dos Santos Simões existe una estupenda Cronología del Azulejo Portugués que, en principio, se considera que no debería resultar de difícil comprensión para el lector hispanohablante, pese a estar escrita en portugués. Además, las imágenes también merecen la pena.

FacebookTwitterGoogle+Pinterest

Etiquetas: , , , , , ,

1 comentario

Trackback URL | Comments RSS Feed

  1. Mari Pili dice:

    El amor a Portugal me lo inculcó mi padre. Siempre encontraba un pretexto para ir a Portugal.
    Yo se lo he trasmitido a mis hijos y nietos.

Publicar un comentario

Tu dirección de correo electrónico no será publicada. Los campos necesarios están marcados *