El Barrio Alto
Texto original escrito en portugués, cedido por el Centro Nacional de Cultura (CNC), traducido y adaptado por sieteLisboas.
Fotografía tomada por sieteLisboas, en el ‘Bairro Alto’.
Situado en una agradable ladera volcada hacia el río Tajo, el Bairro Alto (Barrio Alto) le debe su origen al rey D. Manuel I, quien en 1513 autorizó la urbanización de Vila Nova de Andrade, en la parte occidental de la ciudad, fuera de las murallas medievales.
Con un trazado regular, formado por calles abiertas y ventiladas y fachadas planas, el nuevo barrio acogió a una población numerosa ligada a las actividades marítimas de la época de los Descobrimentos, principalmente, a la construcción de barcos y a la participación en las grandes armadas que partieron hacia nuevos continentes. La toponimia de las calles preserva estas memorias.
Fotografía de la ‘Igreja de São Roque’, tomada desde la ‘Rua São Pedro de Alcântara’ por sieteLisboas.
La instalación de los jesuitas, con la construcción de la iglesia de São Roque, a partir de 1553, fue decisiva para atraer a la nobleza. Fue entonces cuando surgió la designación de Bairro Alto de São Roque y este ganó, simultáneamente, un ambiente popular y aristócrata, que todavía hoy mantiene, como claramente se aprecia gracias a su rico patrimonio: formado por casas sencillas y armoniosas, al lado de palacios de los siglos XVII y XVIII.
Fotografía tomada en la ‘Rua do Século’, por sieteLisboas.
Fotografía tomada en la ‘Rua do Século’, por sieteLisboas.
Fotografía tomada en la ‘Rua do Século’, por sieteLisboas.
Desde bien temprano, escritores y artistas escogieron el Bairro Alto para vivir. En el siglo XIX, bajo el impulso de Almeida Garrett y de Domingos Bontempo, el Conservatório de Artes (Conservatorio de las Artes) se instaló en el viejo Convento dos Caetanos. Más tarde llegaron los periódicos y las imprentas, reforzando el ambiente cultural y bohemio. Todas estas influencias forman parte de la vida cotidiana de este barrio, que posee un rico patrimonio histórico de gran valor cultural y social. Además de ser una zona residencial, también es un espacio para el ocio y la convivencia.
Con numerosos bares, cafés y casas de fado, es también el lugar de las vanguardias artísticas, donde diseñadores y estilistas de moda tienen sus talleres, galerías y tiendas.
