La Casa de América Latina, en Lisboa

Texto inédito escrito en portugués por Manuela Júdice, para sieteLisboas. Júdice es la secretaria general de la Casa da América Latina (Casa de América Latina) Lisboa.

Imagen de la Casa da América Latina, cedida a sieteLisboas.

Imagen de la Casa da América Latina, cedida a sieteLisboas.

La expansión marítima portuguesa, iniciada en el siglo XV y continuada en el siglo XVI,  provocó que  muchos portugueses salieran de sus fronteras hacia otros continentes. También llevó a que acudieran a Portugal, sobre todo a Lisboa, gentes de todas partes, que se instalaban aquí o venían en viaje de negocios atraídas por las mercancías llegadas de los remotos parajes donde, nosotros los portugueses, echábamos raíces o establecíamos relaciones comerciales.

Y fue así como, en palabras del poeta del siglo XVI André Falcão de Resende (1527-1599), la capital del Reino se transformó de tal forma que, según él, “Es Lisboa un mar profundo / de variada navegación; / Es un compendio del Mundo, / Donde todo hallarán; / Asia, África, Europa, / Nueva tierra, Mundo Nuevo, / Comercio, nobleza, pueblo”, todo envuelto de negociación “El brocado, la tela, la seda, / Toda droga y especia, / El crédito y la moneda, / El trato y la mercancía”. “Casi otra Babilonia”, donde a los negociantes extranjeros y sus empleados se iba uniendo una gran cantidad de esclavos, con los que se buscaba asegurar las necesidades de mano de obra de la Metrópoli, que aumentaban a medida que se iba consolidando su desarrollo y, en especial, a partir del papel que ejercieron en éste las riquezas procedentes de Brasil, que registraron en el siglo XVIII su momento culminante.

El cosmopolitismo ha sido, por tanto, desde hace mucho, una característica de la ciudad de Lisboa, verdadera encrucijada de mundos y de culturas, que los efectos de la globalización han ido acentuando cada vez más.

Paralelamente, la presencia de los portugueses y de la acción de Portugal en América Latina, desde México hasta Argentina, comenzó a hacerse notar desde principios del siglo XVI, ya fuese por la labor de misioneros, marineros, agricultores, aventureros, o bien por los militares al servicio de los intereses portugueses. En el Sur, hasta 1828, que fue cuando se puso fin a las disputas luso-españolas acerca de la soberanía de la región de la Plata, fueron muchos los portugueses, principalmente de las Azores, que se instalaron allí y fundaron ciudades, creando importantes colonias que han subsistido hasta hoy en Argentina y Uruguay. Por su parte, en el norte de América del Sur, en Venezuela, fue ya a mediados del siglo XX cuando se establecieron cientos de miles de emigrantes portugueses, oriundos sobre todo de la isla de Madeira, que pasaron a constituir una colonia con un enorme peso en la economía y en la sociedad del país.

Nada comparable, evidentemente, a la presencia oficial portuguesa en Brasil, desde 1500, año de su descubrimiento, hasta 1822, año de su independencia, ni a la emigración masiva salida de Portugal a partir de la segunda mitad del siglo XIX y al inicio del siglo XX, así como la de periodos más tardíos de mayor intensidad migratoria, tal y como sucedió en los años inmediatamente posteriores a 1974 y se viene registrando en la actualidad.

Excepto en lo que se refiere a la fortísima presencia brasileña en Portugal, que constituye la mayor comunidad de inmigrantes, ningún otro país de América Latina cuenta aquí con comunidades significativas en número de residentes. No obstante, su participación tiene cierta visibilidad en la vida portuguesa, principalmente en los sectores de la Gastronomía, de la Música y de otras Artes, es decir,  a través de las manifestaciones de la enorme creatividad característica de los pueblos latinoamericanos. A la que se añade, mediante las ediciones de sus obras publicadas en Portugal, el gran interés de los lectores portugueses por la obra de los escritores de América Latina.

Al tomar conciencia de que, por aquello que nos ligó en el pasado y por aquello que nos aproxima en el presente, se debían potenciar todos esos puntos de contacto entre Portugal y América Latina, el municipio de Lisboa decidió crear la Casa da América Latina -, en 1998. Ofreciendo a los lisboetas, y a los portugueses en general, la oportunidad de conocer mejor, sea desde una perspectiva histórica o desde la actual, las realidades latinoamericanas en las Artes, las Letras, la Cultura en general, así como en la Ciencia, el Conocimiento, la Economía o la problemática Sociopolítica.

Con el apoyo del Ministério dos Negócios Estrangeiros (Ministerio de Asuntos Exteriores), de las embajadas latinoamericanas presentes aquí y de un conjunto de empresas portuguesas del mundo económico y financiero, asociadas con otras instituciones culturales y con la comunidad universitaria, la Casa de América Latina tiene como objetivo- permanente- no ser únicamente una tribuna en Lisboa abierta a cualquier tipo de manifestaciones de la vida de aquellos pueblos, sino también ejercer como agente dinamizador de las relaciones entre Portugal y los países de América Latina, en todos los ámbitos: desde el cultural hasta el económico o empresarial.

Datos de interés:

Dirección: Avenida 24 de Julho, 118.
1200-871 Lisboa.

Más informaciones de interés: http://casamericalatina.pt/

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