Fernando Pessoa

Texto original escrito en portugués, cedido por la Casa Fernando Pessoa a sieteLisboas. Traducción de J. Pizarro (Universidad de los Andes); P. Ferrari (Universidade de Lisboa); A. Cardiello (Universidade de Lisboa).

Imagen del Retrato de Fernando Pessoa, de Rodriguez Castañé, cedida por la Casa Fernando Pessoa (CFP) a sieteLisboas.

Imagen del Retrato de Fernando Pessoa, de Rodriguez Castañé, cedida por la Casa Fernando Pessoa (CFP) a sieteLisboas.

Fernando António Nogueira Pessoa, quien llegaría a ser considerado el mayor poeta portugués del siglo XX y uno de los creadores literarios más destacados a nivel mundial, nació en Lisboa, en la praça de São Carlos, el 13 de junio de 1888, día de San Antonio, a las 3:20 pm.

A los cinco años murió su padre, Joaquim de Seabra Pessoa, un funcionario público y crítico musical del Diário de Notícias y, a los seis meses, su hermano Jorge, ambos víctimas de la tuberculosis. En 1895, su madre, Maria Madalena Pinheiro Nogueiro, se casó por segunda vez con João Miguel Rosa, cónsul de Portugal en Durban. Fernando Pessoa y su madre viajaron el año siguiente a Sudáfrica, donde el futuro poeta permaneció por casi diez años. Se destacó por ser un excelente alumno, y en 1903 obtuvo el Premio Reina Victoria (Queen Victoria Memorial Prize) al mejor ensayo en inglés en el examen de admisión a la Universidad del Cabo, por encima de 899 candidatos. A los 17 años (1905) regresó por su cuenta a Lisboa para inscribirse en el programa de opciones consulares y diplomáticas del Curso Superior de Letras, el cual abandonó a los pocos meses.

A lo largo de su vida, trabajó en varias compañías comerciales de Lisboa como traductor del portugués al inglés y al francés. Intentó establecerse como empresario (pero fracasó) y fue editor, crítico literario, periodista, analista político, traductor, inventor, astrólogo y publicista. Todo eso, mientras que trabajaba en su obra literaria, tanto en verso, como en prosa. Vivió en distintas casas en Lisboa, y en la última de ellas -que hoy es la Casa Fernando Pessoa- vivió por más tiempo (desde comienzos de 1920 hasta su muerte en 1935). Se le conoce tan sólo una relación amorosa, con Ofélia Queiroz, que comenzó y fue interrumpida en 1920. En 1929 se reanudó hasta que en 1931 se terminó definitivamente. De esta relación se conserva la extensa correspondencia intercambiada entre ambos.

La originalidad de su obra se desarrolló en torno a la creación de múltiples personalidades literarias (136, según el libro Eu Sou Uma Antologia, 2013), tres de las cuales Pessoa denominó “heterónimos”. El fenómeno de la despersonalización dramática se remonta a su infancia, cuando, a los seis años, creó su primer amigo imaginario, un tal Chevalier de Pas, a través del cual se escribía cartas a sí mismo. En su juventud continuó con la creación de personajes, como Charles Robert Anon y Alexander Search, y el fenómeno culminó el 8 de marzo de 1914, aquel autoproclamado día triunfal de su vida, cuando Pessoa fue testigo del surgimiento de sus tres heterónimos principales: Alberto Caeiro, Ricardo Reis y Álvaro de Campos. A todos los dotó de biografías, posiciones políticas y religiosas, distintos estilos literarios y aspectos físicos diferenciados. A Bernardo Soares, un ayudante de tenedor de libros ficticio, clasificado como semiheterónimo dada la similitud entre su personalidad y la del autor, se le atribuyó el “Libro del desasosiego“. Esta obra en prosa llevó a Fernando Pessoa a la fama mundial luego de su edición en 1982.

Al universo heteronímico compuesto por Caeiro -el poeta de la naturaleza-, Reis -el neoclasicista- y Campos -el decadente, futurista y modernista-, Pessoa le añadió muchas figuras más, entre ellas un detective, un fraile, un filósofo, varios traductores, periodistas, un hidalgo que se suicida, una mujer jorobada que sufre de tuberculosis y un astrólogo (Rafael Baldaya, quien elaboró cartas astrológicas de amigos, clientes y personalidades de la historia universal, dibujó los mapas astrológicos de Pessoa mismo y de sus tres heterónimos principales, y se dedicó al estudio del ocultismo). Pessoa caracterizó su proyecto literario como un “drama en gente, en vez de en actos”, y cultivó el arte del fingimiento: “Yo simplemente siento con la imaginación”.

En 1915 se publicaron los únicos dos números de Orpheu, una revista trimestral que contó con la colaboración de Fernando Pessoa, Mário de Sá-Carneiro (directores del n.º 2), Almada Negreiros, Armando Côrtes-Rodrigues, Luís de Montalvor, Ronald de Carvalho y Alfredo Guisado, entre otros. Allí, Pessoa publicó la obra “El marinero“ y los poemas de “Lluvia oblicua” firmados con su nombre, y presentó al heterónimo Álvaro de Campos con el “Opiario” y las memorables “Oda triunfal” y “Oda marítima”.

En la revista de arte Athena (1924), Pessoa dio a conocer al heterónimo Ricardo Reis con veinte odas. En el último número de esta revista, en 1925, fueron publicados poemas del heterónimo Alberto Caeiro, entre los casi 23 de “El guardador de rebaños”. En 1927 comenzó a editarse, en Coimbra, la revista Presença, la cual publicaría poesía y prosa de Pessoa hasta su muerte.

Dos años después, el semiheterónimo Bernardo Soares surgió en público por primera vez, firmando el primero de 11 fragmentos de “El libro del desasosiego”, que serían publicados hasta 1932 en A Revista de Solução Editora.

El día 1 de diciembre de 1934, publicó su único libro de poemas en portugués, “Mensaje“, obra de carácter esotérico y reveladora de un profundo nacionalismo místico, que concursó al Premio Antero de Quental y obtuvo el segundo lugar (reservado a libros con menos de 100 páginas). Ya antes, en 1918 y 1921, había publicado, por su propia cuenta, su poesía inglesa: los 35 Sonnets y los English Poems I, II y III.

Murió el 30 de noviembre de 1935, al parecer víctima de pancreatitis aguda, en el Hospital São Luís dos Franceses, en Lisboa. Sus últimas palabras, escritas en inglés en la víspera de su muerte, quedaron para la eternidad: “I know not what tomorrow will bring” (“No sé qué deparará el futuro”). El dos de diciembre de 1935 fue enterrado en el Cementerio dos Prazeres, lugar donde Luís de Montalvor profirió un breve discurso a casi medio centenar de amigos y conocidos. Cincuenta años después de su muerte, en 1985, sus restos fueron trasladados al Monasterio de los Jerónimos, en Lisboa.

Como legado a Portugal y al mundo, Pessoa dejó una vasta obra compuesta por casi 30.000 papeles originales, mecanografiados o manuscritos, en cuadernos, agendas, papel timbrado de las oficinas donde trabajó, servilletas de cafés que frecuentaba, volantes, facturas, otros papeles impresos, sobres y pedazos de papel rasgado, la mayoría inéditos al día de su muerte.

Datos de interés:

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