El Jardín Botánico de Lisboa

Texto inédito escrito en portugués por Raquel Barata, para sieteLisboas. Barata trabaja en el servicio de Comunicación e Imagen del Museu Nacional de História Natural e da Ciência (MUHNAC), de la Universidad de Lisboa.

Fotografía del Jardín Botánico, tomada por José Cardoso, cedidad por el MUHNAC a sieteLisboas.

Fotografía del Jardín Botánico, tomada por José Cardoso, cedida por el MUHNAC a sieteLisboas.

Inaugurado en 1878, el Jardín Botánico de la Universidad de Lisboa, hoy integrado en el Museu Nacional de História Natural e da Ciência (Museo Nacional de Historia Natural y de la Ciencia -MUHNAC-), fue proyectado a mediados del siglo XIX como un moderno complemento de la enseñanza y la investigación de la Botánica de la Escuela Politécnica (1837). El lugar escogido, en el Monte Olivete, sumaba ya más de dos siglos de tradición en el estudio de la Botánica, tras haberse desarrollado en el Noviciado jesuita de la Cotovia (1609-1759) y en el Real Colégio dos Nobres (1761-1837).

La plantación se inició a partir de 1873, por iniciativa del conde de Ficalho y de Andrade Corvo, profesores de la Escuela Politécnica. Edmund Goeze, el primer jefe de jardinería, delimitó la “Classe”, organizada con el objetivo de difundir el conocimiento botánico de las familias principales de las dicotiledóneas. Jules Daveau fue el responsable del “Arboreto”, desde 1876, donde hay plantas de gran porte: ejemplares de especies nativas de diversas zonas del globo, que otorgan un cuño tropical y subtropical a todo el espacio. Después de 1892, el embellecimiento del jardín se debió a Henri Cayeux, gracias a la introducción y creación de plantas ornamentales.

Fotografía del Jardín Botánico, tomada por José Cardoso, cedidad por el MUHNAC a sieteLisboas.

Fotografía del Jardín Botánico, tomada por José Cardoso, cedidad por el MUHNAC a sieteLisboas.

Las colecciones vivas cultivadas en el Jardín Botánico integran 1.493 especies catalogadas, oriundas de las más diversas partes del mundo, por lo que representa un patrimonio innegable de interés histórico, cultural y científico, mientras permite que la sociedad se acerque a las plantas. Merecen ser resaltadas las colecciones de cicadófitas, araucarias, palmeras e higueras tropicales.

Pero más allá de las colecciones vivas, el Jardín Botánico tiene colecciones de especímenes conservados en herbario y en banco de semillas, sumando en total más de 200.000 ejemplares. El herbario LISU incluye importantes e históricas colecciones de Portugal, Micronesia y África, integrando numerosos ejemplares únicos (algunos exclusivos de las regiones exploradas). Se trata de una referencia reconocida a nivel mundial, por presentar información geográfica y ecológica, lo que permite un servicio público en el ámbito del estudio de la distribución de las especies, de la selección de áreas de importancia para la conservación, del estudio de las alteraciones climáticas y de los estudios moleculares. El banco de simientes del Jardín Botánico es el único que, a nivel nacional, se encuentra ligado a una red europea de bancos de semillas, al que aporta información para la conservación de especies salvajes, incluidas las especies raras y amenazadas. El banco de semillas contiene una herencia importante de diversidad genética y biológica, en vistas a la conservación de la biodiversidad.

Imagen de hoja de herbario del Jardín Botánico, cedida por el MUHNAC a sieteLisboas.

Imagen de hoja de herbario del Jardín Botánico, cedida por el MUHNAC a sieteLisboas.

Sin perder nunca su valor científico y cultural, el Jardín Botánico desempeña un papel crucial en la construcción de la ciudad y de sus vivencias. Lejos de tener un papel secundario en su diseño urbanístico, el jardín -con una extensión de cerca de 4 hectáreas- estructura el espacio de la séptima colina. Su conexión con la zona baja de la ciudad, en el corazón de Lisboa, marca la unión física de los barrios circundantes, así como estructura las relaciones y vivencias de las poblaciones locales y ocasionales. El Jardín Botánico debe ser encarado, ahora más que nunca y también en el futuro, como un espacio de cohesión urbana, fundamental y complementario del espacio edificado y de su articulación con el entorno, en términos ecológicos, estéticos, culturales, sociales y económicos. El 28 de diciembre de 2010 fue clasificado como monumento nacional.

En 2013, el Jardín Botánico ganó el Orçamento Participativo da Câmara Municipal de Lisboa. Tanto su recuperación, accesibilidad, armonización y sostenibilidad, como la restauración del magnífico Observatorio Astronómico que alberga (desde 1898), son prioridades para el museo.

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