Otoño en la Ribeira das Naus
Escribo esta entrada del Blog de sieteLisboas por la noche, como también era ya de noche el sábado pasado cuando me acerqué a pasear, sin cámara, por la Avenida Ribeira das Naus. Era una cálida noche de verano, pero Lisboa olía a otoño porque había llovido, porque ayer llovió, porque hoy ha llovido como llovió el domingo. Pero a ratitos sale el sol y la ciudad blanca se vuelve a iluminar. Para fotografiarla, para andarla, para quererla cada día un poco más. También en otoño.
La Câmara Municipal de Lisboa (el Ayuntamiento) ha anunciado que la Avenida Ribeira das Naus permanecerá cerrada al tráfico durante los fines de semana, festivos y vacaciones escolares, pese al fin de la época estival. Desde las 6:00 de la mañana del sábado hasta las 6:00 del lunes no habrá automóviles, pero sí podrán circular bicicletas, monopatines, patinetes, sillas de ruedas, cochecitos, corredores, caminantes que se quieran acercar a orillas del Tajo a oler a mar, a ver pasar navíos, a soñar con la libertad.
Desde que se inauguró este espacio, el 13 de julio, casi es posible andar sobre las olas de la marea atlántica desde la Praça do Comércio hasta Cais do Sodré y viceversa. Y así seguirá durante el otoño, con nuevos aires y formaciones de nubes que pueden llegar a quitar el sentido. Con nuevos soles que, aunque algo más fríos, continuarán dando abrigo a quienes se recuesten en el césped levantado sobre el río.
Acérquense si sus pasos les llevaron hasta la paralela Rua do Arsenal. Asómense y sigan hacia la desembocadura si llegaron hasta el famoso Cais das Colunas. Gírense y miren enfrente. Otras poblaciones ribereñas, pero con vistas al Norte, les vigilan… Al igual que lo hace la estatua del Cristo Rei, el Puente del 25 de Abril, quienes pasan a bordo de un velero, de un cacilheiro… Las gaviotas… Todas estas miradas se cruzarán sin verse… 1
Disfruten de la tarde. Déjense llevar hasta una noche, que pronto será más temprana. Vean cómo se esconde el sol y maravíllense con el brillo artificial de las bombillas que se encienden al atardecer.
Callen, escuchen, hablen, piensen, y después regresen a sus destinos. Esta nueva forma de conocer Lisboa, ya es un motivo para perderse y encontrarse en ella. ¡Búsquenla! A mí me valió la pena… Tanto, que regresé para capturarla…
1.- Nota: Los cacilheiros son los barcos que unen las dos márgenes del río Tajo.
Autora: Fátima Valcárcel
Fecha de publicación: 19 de septiembre de 2014